39 años de tradición paisa convertidos en un legado gastronómico: La historia de Asados Doña Rosa
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- 5 sept
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El 10 de octubre de 1986, mientras nacía su hijo menor, también nacía un sueño que cambiaría la historia de la gastronomía antioqueña: Asados Doña Rosa. Con apenas dos mesas, un fogón encendido y mucho amor por la cocina, Doña Rosa abrió un pequeño restaurante en el Alto de Las Palmas. Allí, entre el aroma de las empanadas y los frijoles recién hechos, empezó una tradición que con el tiempo se volvió símbolo de la cultura paisa.
Ese mismo día de 1986, mientras atendía el fogón y preparaba empanadas, los dolores del parto la sorprendieron. Entre lágrimas, terminó de cocinarlas y salió directo a dar a luz a su hijo menor. Fue entonces cuando pronunció la frase que marcaría su vida: “Si las iglesias se hacen a punta de empanadas, yo puedo montar mi restaurante a punta de empanadas con lágrimas”. Esa anécdota se convirtió en símbolo de su resiliencia y en la inspiración que la acompañaría en los momentos más duros.
El éxito no tardó en llegar, y en 1989 se hizo la primera ampliación del local para atender a más visitantes. Diez años después, en 1999, el lugar volvió a crecer, reflejando cómo la sazón de Doña Rosa ya se había ganado un espacio en la memoria de quienes la visitaban.
El camino continuó en 2004 con la apertura de la sede de Sajonia, un espacio cercano al aeropuerto José María Córdova que, con el tiempo, se convertiría en el corazón de la marca, ya que dos años más tarde, llegó una dura prueba: el cierre del local original en Las Palmas debido a la construcción de la doble calzada. Pero lo que parecía un obstáculo terminó siendo un impulso; Doña Rosa transformó la adversidad en la oportunidad de crecer aún más.
Hoy, casi dos décadas después y con 39 años de historia, Asados Doña Rosa cuenta con siete sedes en Medellín, La Pintada, Barranquilla y Puerto Colombia. A este crecimiento se sumó el Centro de Producción, un espacio moderno diseñado para garantizar la calidad y la estandarización de cada plato, asegurando que los clientes disfruten siempre del mismo sabor tradicional en cualquiera de nuestras sedes. Además, nació el Mercado Doña Rosa, una forma de llevar la tradición a casa con productos como empanadas, arepas, chorizos y salsas, pensados para que las familias puedan seguir disfrutando del sabor paisa en su mesa, cualquier día de la semana.
En 2025, la mirada está puesta en conquistar nuevos horizontes como Bogotá y Miami. Porque Asados Doña Rosa no es solo un restaurante: es una herencia viva que nació entre empanadas y lágrimas, que creció con chorizos y arepas, y que hoy se comparte en cada mesa con el mismo amor del primer día.









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